Orlando nunca es optimista, así que su posición durante los mundiales es, por lo menos, escéptica. Se la pasa esperando que la Selección quede eliminada para jurar que él fue el primero en decir que ese equipo no iba a ningún lado. Aprovecha toda ocasión para criticar al plantel y a los técnicos, que nunca lo convencen. Basile le parecía un cabaretero, Passarella un autoritario, Bielsa un loco incomprensible y Pekerman un tibio que nunca podría salir campeón del mundo (aunque había dado dos mil vueltas con los juveniles, eso para él no contaba). También mira los partidos más importantes, como los de Brasil, Italia o Alemania. Esos equipos siempre le parecen muy superiores a la Argentina y dice cosas como "este es un equipo en serio".
Aunque critique al equipo hasta el cansancio, mira todos los partidos, grita los goles y aprovecha la excusa del Mundial para inculcarle el fútbol a su hijo varón. Lo sienta a su lado, le comenta todo, se dispersa, se pone melancólico y le cuenta qué jugadores vio en la cancha cuando era joven. A Irma la deja decir todo tipo de pavadas ("pobre muchacho, cómo le pegan" o bien "cómo corren") pero le pide por favor que no grite porque lo pone más nervioso. Hasta ahora, ningún novio de sus hijas se animó a sentarse en su sofá mundialista.
En un gesto que siente que lo enaltece como patrón, durante el Mundial le saca a una de sus hijas la tele que tiene en la pieza y la lleva al negocio para que sus empleados no se pierdan detalle.
lunes, 24 de mayo de 2010
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7 comentarios:
En este mundial me siento más Orlando que Irma.
"Cómo corren", jajajajaja!!
Otra perla, el "gesto" de Orlando que lo enaltece como patrón. Genial.
Esta lleno de Orlandos mundialistas.
Brillante.
"le pide por favor que no grite porque lo pone más nervioso"
Frase típica de mi padre (90% Orlando)
Orlando es un grande.
Irma es mi mamá...
"pobre muchacho, cómo le pegan" es una de sus frases favoritas, la otra es "y nosotros cuáles somos? los azules o los rojos?"
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