Irma y Orlando manejan distintos criterios a la hora de dejar propina. Ella espera recibir calidez, buen trato. Necesita sentirse escuchada. Si le atienden cada una de sus exigencias ("el cortado muy liviano", "la salsa aparte", "bien a punto, casi crudo"), recibirán el premio merecido.
Orlando paga para no ser molestado. Dice que sí a toda pregunta que le haga el mozo y se molesta si le dan a elegir demasiado. La propina que deje Orlando será inversamente proporcional a la molestia que le ocasionen. A más preguntas, menos plata. En ese caso, Irma se avergüenza y agrega unos pesos.
viernes, 23 de julio de 2010
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7 comentarios:
Pero nunca monedas, porque esas hay que guardarlas para viajar.
En mi experiencia de moza, las Irmas no son buenas propineadoras. No es por mala intención, es falta de experiencia, ella cree que con 20 centavitos está bien. Igual dicen "gracias" y "por favor", eso siempre suma puntos.
Je, me suena esa Irma!
buscemi tenía razón con el tema de las propinas..
Yo apuesto por calcular el diez por ciento y redondear para arriba o para abajo según la atención.
Pero si la atención fue mala, no dejo propina. La propina es un extra, un premio, un reforzador de conductas.
Si no pusiste ni un poquito de ganas, jodete.
Soy muy Orlando, "paga por no ser molestado", me encantó.
Mmm pero entonces son propineadores antagónicos...cuando uno está contento la otra no y viceversa
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