Obvio que Orlando hace asado todos los domingos. Lo empieza a hacer muy temprano porque, dice, "no hay que apurarlo".
Mientras tanto, toma Cinzano.
Obvio que Irma hace la ensalada. Y aprendió que Orlando se concentra mucho y que no puede hablarle durante el proceso.
jueves, 31 de julio de 2008
miércoles, 30 de julio de 2008
Colaboración
El lector Esteban Samuel nos escribió lo siguiente: "Después de estar hoy en una zapatería pensé que Irma va con Orlando a la zapatería y es ella quien le elige sus zapatos y le toca el dedo a ver como le queda, y él no opina. De paso, paga Irma".
lunes, 28 de julio de 2008
Dos Orlandos
El viernes pasado fuimos al teatro y allí nos encontramos a dos Orlandos, muy distintos entre sí.
Al primero lo descubrimos en la cola, estaba delante nuestro con una señora que no era Irma. Era morrudo, aunque petiso y tenía una cartera en su mano, de esas cuadradas, con correa y broche en el medio. Más tarde lo vimos adentro del teatro y ya había entrado en calor, así que pudimos ver que usaba la camisa a cuadros muy metida adentro de un jean que casi estaba a la altura del ombligo.
En nuestra misma fila, aunque exactamente en el otro extremo, vimos al otro Orlando. Parecía ser más bien grandote, aunque no lo pudimos comprobar porque no lo vimos de pie. Era pelado, los pocos pelos que tenía eran canosos y se durmió toda la obra, con los brazos cruzados y la cabeza hacia abajo. Cada tanto, cuando se prendían las luces o cuando alguien hablaba muy fuerte, levantaba la cabeza lentamente, abría los ojos, miraba al escenario y automáticamente emprendía el camino inverso: cerraba los ojos y volvía a agachar la cabeza. En cambio, su Irma vio toda la obra muy atenta, con la cartera sobre su falda.
Por cierto, la palabra 'falda' es muy Irmi.
Al primero lo descubrimos en la cola, estaba delante nuestro con una señora que no era Irma. Era morrudo, aunque petiso y tenía una cartera en su mano, de esas cuadradas, con correa y broche en el medio. Más tarde lo vimos adentro del teatro y ya había entrado en calor, así que pudimos ver que usaba la camisa a cuadros muy metida adentro de un jean que casi estaba a la altura del ombligo.
En nuestra misma fila, aunque exactamente en el otro extremo, vimos al otro Orlando. Parecía ser más bien grandote, aunque no lo pudimos comprobar porque no lo vimos de pie. Era pelado, los pocos pelos que tenía eran canosos y se durmió toda la obra, con los brazos cruzados y la cabeza hacia abajo. Cada tanto, cuando se prendían las luces o cuando alguien hablaba muy fuerte, levantaba la cabeza lentamente, abría los ojos, miraba al escenario y automáticamente emprendía el camino inverso: cerraba los ojos y volvía a agachar la cabeza. En cambio, su Irma vio toda la obra muy atenta, con la cartera sobre su falda.
Por cierto, la palabra 'falda' es muy Irmi.
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Forma de vida
Irma vive a dieta.
Por eso nunca pide postre.
Es golosa, más golosa todavía que Orlando, y sufre todo el tiempo.
Por eso nunca pide postre.
Es golosa, más golosa todavía que Orlando, y sufre todo el tiempo.
sábado, 26 de julio de 2008
Cariñoso verbal
Cariñosamente, Orlando le dice "Irmi".
No sabemos bien cómo se escribe, Orlando nunca lo escribió.
No sabemos bien cómo se escribe, Orlando nunca lo escribió.
viernes, 25 de julio de 2008
Pedigüeño *
"Irma, hacete un cafecito que ahora voy", le suele gritar Orlando a Irma, desde cualquier punto de la casa, antes de terminar de hacer algo (vestirse, ver un partido o una carrera en la tele, arreglar algo de la casa).
La casa de Irma y Orlando es grande, así que él grita bastante fuerte y ella siempre lo escucha y va y hace el cafecito.
* Este post está dedicado a mi amiguísimo Darío. Y se lo dedico porque este post fue idea suya.
La casa de Irma y Orlando es grande, así que él grita bastante fuerte y ella siempre lo escucha y va y hace el cafecito.
* Este post está dedicado a mi amiguísimo Darío. Y se lo dedico porque este post fue idea suya.
jueves, 24 de julio de 2008
Un bestia
Orlando no tiene gran motricidad fina. No puede deshacer nudos, por ejemplo, ni es muy prolijo con las terminaciones cuando arregla algo de la casa.
Para colmo, tiene fuerza.
Cuando comete alguna torpeza, como destrozar el paquete que envuelve una pastafrola, Irma lo reprende: "¡Orlando, sos un bestia!"
Para colmo, tiene fuerza.
Cuando comete alguna torpeza, como destrozar el paquete que envuelve una pastafrola, Irma lo reprende: "¡Orlando, sos un bestia!"
martes, 22 de julio de 2008
Autoaliento
Cuando Irma se quiere dar aliento, se llama a sí misma "Irmita".
Ejemplo: cuando le encuentra solución a una situación que le parecía complicada, se dice "¡Bien, Irmita!"
Si está con alguien, pronuncia estas palabras por dentro. Si está sola, a veces se dice "Irmita" en voz alta.
También usa el "Irmita" cuando se quiere tomar revancha de alguien. Ejemplo: "Creían que a Irmita la podían cagar".
Ejemplo: cuando le encuentra solución a una situación que le parecía complicada, se dice "¡Bien, Irmita!"
Si está con alguien, pronuncia estas palabras por dentro. Si está sola, a veces se dice "Irmita" en voz alta.
También usa el "Irmita" cuando se quiere tomar revancha de alguien. Ejemplo: "Creían que a Irmita la podían cagar".
lunes, 21 de julio de 2008
sábado, 19 de julio de 2008
Chuker
Irma y Orlando toman mate dulce.
Cuando toma sola, Irma le pone chúker. No cualquier edulcorante sino chúker marca Chuker. Cuando toma con Orlando, él no le permite ni siquiera que cebe uno y uno, uno con chúker, uno con azúcar. Orlando dice que "eso que le ponés vos" es una porquería.
Irma no puede creer que Orlando reconozca el sabor del edulcorante. Para ella el gusto es el mismo y Orlando le tiene idea.
Cada tanto intenta hacerle pasar un mate con chúker de contrabando. Orlando se da cuenta y es un escándalo. Ni hablar del día que le puso chúker a las manzanas al horno. Nunca estuvieron más cerca de la separación.
Cuando toma sola, Irma le pone chúker. No cualquier edulcorante sino chúker marca Chuker. Cuando toma con Orlando, él no le permite ni siquiera que cebe uno y uno, uno con chúker, uno con azúcar. Orlando dice que "eso que le ponés vos" es una porquería.
Irma no puede creer que Orlando reconozca el sabor del edulcorante. Para ella el gusto es el mismo y Orlando le tiene idea.
Cada tanto intenta hacerle pasar un mate con chúker de contrabando. Orlando se da cuenta y es un escándalo. Ni hablar del día que le puso chúker a las manzanas al horno. Nunca estuvieron más cerca de la separación.
viernes, 18 de julio de 2008
Copero
Cuando van a comer afuera, Orlando suele pedir las copas que llevan el nombre del restorán.
En caso de que no haya una versión propia, pide la Copa Melba. También le gustan los merengues con crema y la isla flotante.
En general, Irma no se pide un postre para ella sola. Pide una cucharita para robarle un poco a Orlando, pero se empalaga mucho antes que él.
En caso de que no haya una versión propia, pide la Copa Melba. También le gustan los merengues con crema y la isla flotante.
En general, Irma no se pide un postre para ella sola. Pide una cucharita para robarle un poco a Orlando, pero se empalaga mucho antes que él.
jueves, 17 de julio de 2008
Video
Cada tanto, cuando está sola, Irma pone el video de la fiesta de quince de la mayor, y llora.
Nunca se atrevió a contarle a Orlando.
Orlando lo vio una sola vez y porque Irma le insistió mucho.
Nunca se atrevió a contarle a Orlando.
Orlando lo vio una sola vez y porque Irma le insistió mucho.
martes, 15 de julio de 2008
Pedigüeña
Cuando a Irma le están por servir una bebida alcohólica (cerveza, vino, sidra, champagne) siempre le indica a su interlocutor: "poquito, poquito".
Cuando le están por cortar una porción de torta, en cambio, sugiere "más chiquito, más chiquito".
Cuando le están por cortar una porción de torta, en cambio, sugiere "más chiquito, más chiquito".
domingo, 13 de julio de 2008
Moneditas
A Irma le molesta que se le acumulen muchas monedas de 5 y 10 centavos. Cuando abre el monedero y las ve, le dice a Orlando "ay, estoy llena de moneditas".
sábado, 12 de julio de 2008
Para adentro
Irma y Orlando están muy preocupados por su hijo adolescente, porque les salió "muy para adentro". Pasa mucho tiempo encerrado en su cuarto, no les cuenta nada de sus amigos y tienen miedo de que haga algo raro con la computadora (no saben exactamente qué puede llegar a hacer, pero tienen miedo). Antes era más abierto, pero desde que está en el secundario que se metió para adentro.
La preocupación es tan grande que suelen hablar sobre esto antes de dormirse. Luego de la charla, Orlando es el primero en dormirse, mientras Irma se queda angustiada.
La preocupación es tan grande que suelen hablar sobre esto antes de dormirse. Luego de la charla, Orlando es el primero en dormirse, mientras Irma se queda angustiada.
viernes, 11 de julio de 2008
Mascota
Irma y Orlando supieron tener perro.
El animalito se les murió de viejo. Irma sufrió tanto que no quiere otro por nada del mundo.
Nota: Este post parece escrito por la mismísima Irma.
El animalito se les murió de viejo. Irma sufrió tanto que no quiere otro por nada del mundo.
Nota: Este post parece escrito por la mismísima Irma.
jueves, 10 de julio de 2008
Juegos de mente
Irma es fana de la Claringrilla. La completa como quien llena un formulario.
Los juegos de ingenio de la revista de La Nación se los cruzó muy pocas veces en su vida y le pareció que le hablaban en otro idioma. Cree que la sopa de letras es para chicos y al sudoku nunca le dio una chance.
Los juegos de ingenio de la revista de La Nación se los cruzó muy pocas veces en su vida y le pareció que le hablaban en otro idioma. Cree que la sopa de letras es para chicos y al sudoku nunca le dio una chance.
martes, 8 de julio de 2008
domingo, 6 de julio de 2008
Heladito
Avenida La Plata, sábado a la medianoche. De la sombra de la noche, de la nada, nos salieron al cruce Irma y Orlando.
Él era bastante pelado, panzón, con anteojos. Ella, petisa, gordita, de pelo teñido de rubio ceniza claro claro o así. Los dos calzaban zapatillas.
Creo que iban de la mano.
(Algo recuerdo y algo me invento).
El Jose fue el que dijo “Irma y Orlando”. Y yo fui la que propuso seguirlos.
Dimos media vuelta y los vimos entrar a la heladeria de la esquina. ¡Irma y Orlando, en zapatillas, habían salido a tomar un heladito!
Ya en la heladería, presenciamos cómo Orlando sacaba muchos billetes del bolsillo, seleccionaba cuidadosamente uno, se lo daba a Irma e iba a sentarse a una mesa con su mejor cara de embole. Irma se acercaba a la caja y hacía su pedido. Por más que me acerqué, no llegué a escuchar de qué tamaño pedía. Sí oí su voz aguda y animosa, y la imaginé pidiendo un helado de fruta porque a Orlando la médica le recomendó que no tome de crema, por el colesterol. Ella, en cambio, se pedía uno bien goloso.
Era mi turno y el cajero me preguntó de cuánto queríamos, y como no queríamos ningún helado porque estábamos por ir a comer tacos a la casa de una amiga, nos tuvimos que alejar.
Atrás quedaron ellos, sentados a la mesa, saciando ese antojo de dulce que les da un buen rato después de comer, Irma hablando mucho, Orlando contestando poco, hasta que los dos dan cuenta del vasito, salen y se van, de la mano, de vuelta a casa.
Él era bastante pelado, panzón, con anteojos. Ella, petisa, gordita, de pelo teñido de rubio ceniza claro claro o así. Los dos calzaban zapatillas.
Creo que iban de la mano.
(Algo recuerdo y algo me invento).
El Jose fue el que dijo “Irma y Orlando”. Y yo fui la que propuso seguirlos.
Dimos media vuelta y los vimos entrar a la heladeria de la esquina. ¡Irma y Orlando, en zapatillas, habían salido a tomar un heladito!
Ya en la heladería, presenciamos cómo Orlando sacaba muchos billetes del bolsillo, seleccionaba cuidadosamente uno, se lo daba a Irma e iba a sentarse a una mesa con su mejor cara de embole. Irma se acercaba a la caja y hacía su pedido. Por más que me acerqué, no llegué a escuchar de qué tamaño pedía. Sí oí su voz aguda y animosa, y la imaginé pidiendo un helado de fruta porque a Orlando la médica le recomendó que no tome de crema, por el colesterol. Ella, en cambio, se pedía uno bien goloso.
Era mi turno y el cajero me preguntó de cuánto queríamos, y como no queríamos ningún helado porque estábamos por ir a comer tacos a la casa de una amiga, nos tuvimos que alejar.
Atrás quedaron ellos, sentados a la mesa, saciando ese antojo de dulce que les da un buen rato después de comer, Irma hablando mucho, Orlando contestando poco, hasta que los dos dan cuenta del vasito, salen y se van, de la mano, de vuelta a casa.
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En persona
Ayer nos encontramos con Irma y Orlando en persona. Ibamos caminando por Alberdi, al 100 o al 200, cuando vimos venir a una pareja integrada por un tipo alto, robusto, panzón y con algunas entradas, pero no pelado, y por una señora teñida de rubio, de rulos, con anteojos y algo culona. Nos dimos cuenta de que eran Irma y Orlando, así que los seguimos, con el mayor sigilo posible, y entramos detrás de ellos a una heladería que estaba justo en la esquina.
Sin dirigirle una palabra ni una mirada, Orlando sacó los billetes del bolsillo (no tenía billetera), mientras ella esperaba que le diera el efectivo necesario para pedirse un heladito. Orlando eligió un billete de 10, que tenía entre otros dos de 20, y se fue a sentar a una mesa que estaba enfrente de la tele. Irma, contenta por dar ese paseíto nocturno y con la ilusión que genera elegir gustos de helado, encaró hacia el heladero, con el billete de 10 en la mano. Pese a que tenía la tele a pocos centímetros, Orlando miraba la calle, pensativo, a través del vidrio. Los dos usaban zapatillas.
Sin dirigirle una palabra ni una mirada, Orlando sacó los billetes del bolsillo (no tenía billetera), mientras ella esperaba que le diera el efectivo necesario para pedirse un heladito. Orlando eligió un billete de 10, que tenía entre otros dos de 20, y se fue a sentar a una mesa que estaba enfrente de la tele. Irma, contenta por dar ese paseíto nocturno y con la ilusión que genera elegir gustos de helado, encaró hacia el heladero, con el billete de 10 en la mano. Pese a que tenía la tele a pocos centímetros, Orlando miraba la calle, pensativo, a través del vidrio. Los dos usaban zapatillas.
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Mate
Orlando siempre le pide a Irma "hacete unos verdes" y cuando no quiere más, dice "tengo la panza verde".
viernes, 4 de julio de 2008
Cariñosa
Cariñosamente, Irma le dice "Orly". Cuando Orlando dice o hace algo que a ella le gusta, le dice "ay, Orly, me vuelvo a enamorar".
jueves, 3 de julio de 2008
Alianzas
Orlando no usa la alianza. Dice que le aprieta, le pica, le da alergia.
Irma hace como si no le importara, pero no es cierto.
A Irma le gusta contar que no se dejó sacar la alianza ni siquiera cuando entró al quirófano para tener familia.
Irma hace como si no le importara, pero no es cierto.
A Irma le gusta contar que no se dejó sacar la alianza ni siquiera cuando entró al quirófano para tener familia.
¿Easy lo hacés vos?
Orlando fue alumno de un colegio industrial y se da maña para los arreglos de la casa: electricidad, plomería, pintura. Con el gas no se mete porque le tiene respeto.
Cada vez que hace un arreglo, le pide a su hijo que lo ayude y le aconseja que lo mire mientras él trabaja así aprende.
Orlando tiene una relación de amor - odio con Easy. Lo critica en voz alta, dice que mata a las ferreterías de barrio, pero le encanta ir y encontrar de todo.
Cada vez que hace un arreglo, le pide a su hijo que lo ayude y le aconseja que lo mire mientras él trabaja así aprende.
Orlando tiene una relación de amor - odio con Easy. Lo critica en voz alta, dice que mata a las ferreterías de barrio, pero le encanta ir y encontrar de todo.
miércoles, 2 de julio de 2008
martes, 1 de julio de 2008
Bonaerenses
Irma y Orlando no sólo viven en el conurbano bonaerense, sino que son del conurbano.
Cuando se refieren a algún barrio porteño, hablan del Centro.
Cuando se refieren a algún barrio porteño, hablan del Centro.
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