martes, 29 de septiembre de 2009

Irma, Orlando y el arco iris

Irma y Orlando hablan de "los homosexuales". No "gays" ni mucho menos "putos" o "maricones" (Orlando, por lo menos, no lo dice en voz alta).

Si bien no piensan que sean enfermos, creen que sus inclinaciones sexuales son producto de algún trauma en la infancia. Eso los exculpa, de alguna manera, pero igual subyace la idea de que ser "homosexual" no está del todo bien. Sin embargo, tratan de no discriminar.

No conocen a ninguno directamente. Sí se enteraron que el hijo de algún conocido de un conocido es homosexual, y lo comentaron como una desgracia para los padres. De todas maneras, no les gusta mucho hablar del tema y los dos esperan ansiosos el día en que el varón traiga una novia.

La posibilidad de que alguna de las chicas sea lesbiana (porque dicen "lesbiana" también) ni se les cruza por la cabeza. Las lesbianas, como los judíos, son una rareza para Irma y Orlando.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Analítico

"Ése es menottista", señala Orlando en cuanto aparece Ángel Cappa en la tele.

"¿Pero ésta antes no era peronista?", se indigna cuando escucha a Patricia Bullrich.

"Éste es el único que le hace la contra a Tinelli", puntualiza, cuando se topa en un zapping con Mario Pergolini.

Las antinomias y las simplificaciones son la base de todo análisis de Orlando.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Irma, los chicos y el juego telefónico

Irma alguna vez llamó a algún programa de concursos. Ahora que son tan caros no tanto, pero en los tiempos de "Hola Susana" se colgaba del redial.

También mandó cartas a concursos. Inclusó participó de los sorteos del Incaa enviando las entradas de cine, en las épocas en que iba más seguido porque llevaba a los chicos a ver Aladdin o Toystory. Hoy por hoy, está tentada de empezar a juntar facturas para el "Iva y Vuelta", pero le da fiaca.

Los chicos salieron a Irma en este sentido y mandan "POEMAS", "ASTROS" o "BOTINERAS" al 2020. Pero se tienen que medir: Orlando puso a toda la familia en la flota de celulares del negocio, controla los gastos de telefonía y los tiene cortitos.

Cuando Carla Conte estaba en Call TV, el hijo varón de Irma y Orlando, por entonces pre-adolescente, se quedaba despierto y discando hasta las 2 de la mañana. A ese recuerdo se aferra Orlando cuando se pregunta, muy secretamente, si su hijo no será medio rarito.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Irma y Orlando y el juego

Irma y Orlando no tienen pruritos con respecto a los juegos de azar. No creen que está mal gastarse la plata que tanto les costó ganar. Su posición es simple: juegan a lo que les gusta y a lo que creen que pueden ganar.

Lotería: Comparten un billete con alguna amiga de Irma o con algún familiar en las grandes ocasiones, como el Gordo de Navidad o Año Nuevo. Si algún sueño remite demasiado directamente a un número (como la caída), lo juegan a la quiniela y luego se olvidan de ver el sorteo en la tele.

Bingo: Alguna vez fueron y alguna vez volverán pero el bingo no los divierte particularmente. No van más seguido porque no los convence el clima del bingo. Conocen a algunas personas que perdieron hasta la casa en ese tipo de lugares y eso los da miedo. El bingo lo deprime a Orlando, aunque él no usaría esas palabras para explicar por qué no van más seguido.

Maquinitas: Por lejos, el vicio de Irma. Se puede pasar horas con el vaso en la mano y apretando los botones. El resto de los juegos del casino le parecen muy difíciles y de hombres. Como en todo juego, fueron más las ocasiones en las que perdió de las que ganó, pero ella se acuerda la vez en que ganó doscientos pesos en monedas de a 25 centavos.

Black jack: Una ciencia oculta.

Ruleta: El único juego que le divierte a Orlando y en el que desarrolló cierta destreza. Con los años, adquirió algunas estrategias y sabe retirarse cuando la mano viene cambiada. Irma disfruta, a su lado, de cada uno de sus aciertos y sufre cuando le va mal porque sabe que él se está afligiendo pero nunca lo expresará en voz alta.

Carreras de caballos: Irma sueña con ir una tarde a Palermo porque cree que sería un paseo muy paquete pero Orlando no la acompaña porque les queda demasiado lejos y, además, desde la tribuna no se ve nada. Lo cierto es que le da mucha fiaca manejar hasta Palermo pero, íntimamente, cree que le gustaría ver a los caballos de cerca.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Pasando revista

Irma hojea una revista Caras de hace unas semanas. Famosos de Hollywood con sus hijos.

A Irma le encantan estas notas con nenes. Jennifer Garner (a quien Irma no ubica) camina con su hija de tres años que le llega por la cintura. Irma, madre de tres hijos, piensa que hay un error, que la nena debe ser mayor. Llega a la foto de Angelina Jolie con sus hijas. Sobre "la negrita" no dice nada. Pero cuando lee que Shiloh, la hija que tuvo con Brad Pitt (Irma recuerda la tapa de la Hola cuando la presentaron), tiene dos años, grita: "¡Pero es enorme esta criatura también!"

Se queda pensando si serán los genes o si el Nestum en Estados Unidos será diferente. Y pasa sin querer mirarlas demasiado las fotos del Benja, que sí se parece a sus hijos cuando eran chiquitos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Irma y el arte de tejer

Irma no es muy hábil para el tejido. Si la sientan y le ponen dos agujas en las manos, puede tejer en santa clara, jersey, arroz, pero no tiene idea sobre cómo hacer un pulóver.

Cuando los hijos eran chicos, intentó aprender. Compraba la lana en un negocio en el que daban clases de tejido y bajo la supervisión de la profesora logró hacer algún suéter muy sencillo. Para Orlando nunca quiso tejer porque se aburre rápido y una prenda para él le llevaría mucho tiempo.

La madre de Irma teje al crochet e Irma le reprocha siempre que no le haya enseñado. "Vos no querías aprender nada, lo único que querías era salir", le retruca la madre.

La hermana de Irma tiene telar. Irma piensa que el telar es muy fácil y que Orlando le podría hacer uno más grande y más lindo. Se imagina tardes plácidas ante el telar, con la tele de fondo, y que en el súper le elogian la pashmina y ella dice "me la hice yo". "Pero no tengo tiempo", piensa, o se consuela, mientras cuelga el tercer lavado del día.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

En persona (otra vez en una heladería)

El fin de semana pasado volvimos a ver a un par de Irma y Orlando. Era una noche bastante fresquita, pero se ve que Irmi se antojó con un heladito y arrastró a su Orlando hasta una heladería que está en la esquina de Lambaré y Corrientes.

Ella estaba sentada de cara a la calle, como para mirar a quienes pasaban por la vereda. Él había agarrado una revista para matar el tiempo y se lo veía aburrido (no había tele en el local). No nos animamos a mirarlos durante mucho rato, pero logré divisar que los gustos que Irma había elegido eran bastante cremosos.

Otros Irma y Orlando en otra heladería, acá.

Y la primera vez que los vimos tomar heladito: acá y acá.

martes, 8 de septiembre de 2009

Fatalismo

Irma y Orlando dicen mucho "si Dios quiere".

Ejemplo de Irma: "En Semana Santa nos vamos a Colón, si Dios quiere".
Ejemplo de Orlando: "Hasta el lunes si Dios quiere".

Irma también puede decir "Dios mediante", como los conductores de tele o radio.

Más sobre religión: acá.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Las vacaciones de Orlando

Después de muchos años de mezquinarse vacaciones o amargárselas pensando que ningún encargado va a ocuparse del negocio como él, Orlando encontró la solución para descansar. Baja la persiana, cuelga el cartelito de "Cerrado por vacaciones del 1 al 15/2" y se va.

"Sino, no me desenchufo", explica a los vecinos de carpa o compañeros de tour, no sin cierta culpa.

A Orlando le encantaría poder tomarse las vacaciones en enero, pero no se anima. No porque haya mucho movimiento en el negocio, sino porque le parece que todo es más caro en enero. Por lo menos, se consuela, se toman la primera quincena de febrero y no la segunda, o marzo o diciembre, que Orlando identifica directamente con la bancarrota y la jubilación.

martes, 1 de septiembre de 2009

Morbo

Irma y Orlando siguen con especial atención los casos de los famosos que sufren la muerte de sus hijos. Habitualmente, Orly no se interesa por las noticias del corazón ni conoce a los nuevos integrantes de la farándula, pero se siente particularmente compungido cuando se da algún caso como el de Maru Botana, el Turco Mohamed o, más atrás en el tiempo, Eric Clapton.

No importa cuánto tiempo pase desde el episodio, cada vez que ese famoso aparece en la tele, ellos se compadecen y se interesan por si salió adelante.