miércoles, 29 de octubre de 2008

Europa Europa

Irma y Orlando descienden exclusivamente de italianos y españoles. Ningún anglosajón, ningún turco y, obviamente, ningún judío.

Irma de vez en cuando se da manija con la idea de obtener la ciudadanía europea, pero la desalienta pensar en venir al centro para hacer los trámites. Y la verdad es que nunca consideraron irse del país, así que de todas maneras mucho sentido no le ve.

La mayor habló alguna vez de probar suerte en España y se ganó una puteada de Orlando: "Primero aprendé a trabajar acá". "Claro, es la preferida del padre, mirá si la va a dejar ir", lo psicoanalizó Irma en su terapia.

(Me malcopé con los links, lo sé).

martes, 28 de octubre de 2008

Chofer

Ya hemos dado ejemplos al respecto, pero nunca está de más volver a aclarar que Orlando no es un cavernícola que lo único que espera es que la comida esté hecha y que no le rompan las pelotas. También tiene su costado de caballero y pretende que Irma se sienta bien. O, al menos, que no tenga más motivos para reprocharle.

Uno de esos gestos es pasarla a buscar con el auto cuando Irma se lo pide. Por ejemplo, cuando Irmi va a la peluquería, él después pasa a buscarla y la lleva a casa o a tomar algo afuera.

Ella también maneja, pero no le gusta, prefiere que Orly la lleve y la traiga.

viernes, 24 de octubre de 2008

Caza de Irmas. Hoy: Bariloche

Mi amiga Cata sigue cazando Irmas por todo el país. Ayer vio un ejemplar en Bariloche y me mandó el siguiente mensaje de texto:

"Irma en Bariloche. En pleno Centro Cívico, sol, no muy frío. Vestida íntegramente con ropa de nieve. Antiparras de esquí espejadas. Sombrero de lana con la leyenda 'Bariloche' y una bolsa de cada chocolatería".

Nunca me imaginé a Irma esquiando, pero así vestida, paseando por el Centro Cívico, la veo.

Irma, Orlando y el pueblo elegido

Irma y Orlando no tienen un amigo judío.

Les parece que los judíos son todos tacaños y vivos para los negocios. No encuentran la menor relación entre los judíos actuales y los de la Biblia. Un paisano sensible no dudaría en calificarlos de antisemitas.

Pero ojo, no tienen amigos judíos porque no se dio. Orlando tiene algún proveedor que es de la cole, pero ocurre que Orlando no hace amigos nuevos en el negocio. Y para Irma, directamente, un judío es una rareza. 

jueves, 23 de octubre de 2008

Lo que observa Irma en la farándula

Irma ve la tele y lo primero que observa es el peso de los artistas. Dice: "¡Qué gorda que está!" o "¡Qué chupado que está! Éste tiene algo". 

La variación en el peso siempre es para mal. Los que engordan, son unos dejados. Los que adelgazan, tienen anorexia, cáncer o sida. 

Las que apelan a la liposucción, son defenestradas. Dieta y gimnasia es la única receta que admite Irma. 

Las modelos que recuperan su figura poco después de parir, le dan tanta bronca que sin decir nada cambia de canal.

martes, 21 de octubre de 2008

Pelotas

Orlando no puede entender la cantidad de reclamos que escuchó de parte de Irma a lo largo de toda su vida. Que no la escucha, que no la saca a pasear, que no la alienta con sus cosas, que no se acuerda de las cosas que le cuenta, que no le da bola a su mamá, que deja todo tirado, que le da todos los gustos a la mayor, que maneja sin anteojos.

El nunca hace ese tipo de reclamos en la pareja porque no espera que Irma sea de otra forma. La acepta como es y cuando siente que ya lo está invadiendo demasiado, se despacha con su máxima exigencia: "No me rompan las pelotas, es lo único que pido".

domingo, 19 de octubre de 2008

Chalet

Así como suspira su clásico "qué hombre" cuando aparece en la tele algún actor que la enciende (como Osvaldo Laport), o se entusiasma con un "qué espectáculo" cuando le flambean un panqueque frente a sus narices, Irma suele soltar un "qué chalet", cuando alguna casa le gusta mucho.

En la escala de Irmita, el chalet está en el punto más alto del lujor.

sábado, 11 de octubre de 2008

Hermanos y cuñadas

Orlando tiene un hermano que hace muchos años se fue a vivir a Entre Ríos o Corrientes, de donde es su mujer. Como la incomunicación es un rasgo familiar, Orlando y su hermano no se llaman por teléfono. Irma y su concuñada son las encargadas de mantener cierta relación. Ellas toman la iniciativa a la hora de saludarse para los cumpleaños, las Fiestas y los días del Padre y de la Madre. No se quieren, pero se sienten obligadas. Y como además son chusmas las dos, les gusta estar informadas de lo que pasa en la otra familia.

Orlando extraña a su hermano, pero nunca se lo dijo. Tampoco se lo dice a Irma, pero ella lo sabe. Es otro de los motivos por los que cada tanto levanta el tubo, charla un rato con su par litoraleña y después le pasa el parte a Orlando, que finge indeferencia.

Los domingos, después del asado o de la otra especialidad que cocina (y que todavía no descubrimos cuál es), Orlando recuerda la época en la que estiraban la sobremesa con su hermano para escuchar el partido por la radio. En esos momentos le gustaría compartir alguna pasión deportiva con su hijo varón, pero no hay caso. Al pibe sólamente le interesa la computadora.

viernes, 10 de octubre de 2008

Irma en Salta

El viernes a la noche me olvidé mi celular. Cuando lo recuperé, al día siguiente, me encontré con un mensaje de texto de mi amiga Cata, en Salta por motivos laborales, que aseguraba haber visto a Irma en esa ciudad. No conforme con esto, al rato me había llamado para describirme a este ejemplar irmístico que al parecer tenía delante de sus ojos.

Luego de aclarar que Irma tenía "obviamente" el pelo teñido de rubio, pasó a detallar su atuendo, todo adquirido, sin duda, en mercados de artesanías norteñas: remera naranja con motivos indígenas que decía "Tilcara", riñonera de aguayo, morral multicolor del mismo material, sombrero de barracán bordó, sandalias de cuero y canasta de mimbre.
"Era Irma, te juro por Dios", finalizaba el mensaje de Cata, en rapto místico.
Sí. Irma en vacaciones se disfraza de lo que pinte en el lugar. Y sale muy cargada, de ahí la superposición de riñonera, morral y canasta.

jueves, 9 de octubre de 2008

Orlando Morfoni

Orlando no conoce las mañas a la hora de enfrentar un plato de comida. Prefiere más algunos sabores que otros, pero no le hace asco a casi nada. ¿Pastas? Venga. ¿Comida regional? ¡Adentro! ¿Carne, pollo o pescado? Los tres, por favor. ¿Mondongo, lengua, ravioles con seso? El no puede entender por qué a la gente le da asco probarlos.

Orlando se podría pasar el día comiendo y hablando de comida, porque luego de cada cosa que come, llega el comentario obligado ("estaba un poco pasado"; "lo prefiero más cocido"; "a vos te sale más rico, Irma").

Otro ejemplo de su voracidad: le gustan absolutamente todas las facturas. Desde las más calóricas, como la bola de fraile, hasta las clásicas, como los churros o los vigilantes. La tortita negra las moja en café con leche (la pasta que se forma en el fondo de la taza se la come con cucharita) y a las medialunas viejas las come con jamón y queso (ese bocadillo lo prepara él y se lo sirve a Irma como si hubiera cocinado un manjar irrepetible).

Eso sí, las innovaciones gastronómicas, como lo agridulce, le parece que es "cosa de chiquilines" y prefiere ni acercarse.

martes, 7 de octubre de 2008

Orlandos en Costanera Norte

Ayer pasamos por Costanera Norte y hubo avistaje de Orlandos varios. 

Un Orlando y su Irma estaban sentados en un banco, en silencio, mirando el río y comiendo del paquete tostadas Riera. 

Y tres Orlandos panza al aire pescaban mientras uno de ellos comentaba que en la Argentina se encontró el dinosaurio más antiguo. 

domingo, 5 de octubre de 2008

Caballero

A veces, Orlando le regala flores a Irma.

sábado, 4 de octubre de 2008

Joven Orlando de Belgrano

En un supermercado chino del barrio ídem escuché cuando la radio anunciaba que al día siguiente se iban a inaugurar los carriles exclusivos para colectivos, en distintas zonas de la ciudad. Mientras agarraba un sushi de la heladera, un joven Orlando de Belgrano le comentó a su novia "mañana va a ser un quilombo esto"

viernes, 3 de octubre de 2008

Yo soy Irma

Hoy dije "le mandé mails a Dios y María Santísima" y me sentí muy Irma.