Chicos hace rato que tengo ganas de decirles que este blog se ha vuelto sutilmente mi favorito En mi fantasía de siempre, Irma y Orlando se llaman Mabel y Ruben (dicho grave, con el acento en "Ru"). Él la llama a ella "Negrita". Ella barre la vereda con la vecina, que le repite con cara de hastío "Qué vida de mierda, Mabe..." Pero ellos se re quieren al final. Y se lo dicen más con reproches que con cariño. No saben mandar mensajes de texto, pero se dejan papelitos en la heladera Eso Abrazo
Algunos domingos al medio día mis resacosos hermanos no tenían ganas ni estómago para levantarse a comer el asado que, religiosamente, hacía mi papá (muy Orlando) cada semana, y ponían la excusa de que no se sentían bien, entonces, mi viejo, se calentaba con ellos y gritaba desde la parrilla: es que ustedes los jóvenes ahora hacen muchos "desarreglos" con las comidas y bebidas...
8 comentarios:
y cuando graniza?
Chicos hace rato que tengo ganas de decirles que este blog se ha vuelto sutilmente mi favorito
En mi fantasía de siempre, Irma y Orlando se llaman Mabel y Ruben (dicho grave, con el acento en "Ru"). Él la llama a ella "Negrita". Ella barre la vereda con la vecina, que le repite con cara de hastío "Qué vida de mierda, Mabe..."
Pero ellos se re quieren al final. Y se lo dicen más con reproches que con cariño. No saben mandar mensajes de texto, pero se dejan papelitos en la heladera
Eso
Abrazo
con mis amigas, a las ¨Irma¨ de este mundo les decimos ¨Pochi¨
La oveja: cuando graniza, Irma mete algunas plantas al lavadero.
Lula: ¡Gracias! Nuestros Irma y Orlando son un poco más high tech, manejan celulares y cajeros electrónicos, pero el espíritu es el mismo.
Anónimo: Creo que la hermana de Irma tiene algún apodo de esos. Tal vez Irma lo tuvo en la infancia, pero logró borrarlo.
Automático. Cajero automático. Ay, Orlando, por qué no pensás un poquito antes de hablar, nos hacés quedar como el traste.
Me ataca una duda irmística: también dice "como ser" en lugar de "por ejemplo"?
Florchi: Me hiciste acordar que conocí un recontra ejemplar de Orlando que tenía como muletilla "vale decir".
Algunos domingos al medio día mis resacosos hermanos no tenían ganas ni estómago para levantarse a comer el asado que, religiosamente, hacía mi papá (muy Orlando) cada semana, y ponían la excusa de que no se sentían bien, entonces, mi viejo, se calentaba con ellos y gritaba desde la parrilla: es que ustedes los jóvenes ahora hacen muchos "desarreglos" con las comidas y bebidas...
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