Orlando puede parecer muy frío, preocupado por su trabajo o cascarrabias, pero también tiene algunos gestos que hacen que Irma se sienta querida. O bien, como dice ella, "se vuelva a enamorar". Orlando no es un gentleman, pero tiene lo suyo.
Uno de sus gracias la desarrolla en un simple ritual que se da al finalizar cada comida en casa. Orlando se levanta de la mesa, elige algunas frutas y las pela para toda la familia. Sus hijos suelen rechazarle la oferta, pero a Irma le encanta ese gesto y acepta, feliz. La manzana la corta en cuartos, mientras que a la pera y al durazno los corta en rodajas desiguales.
Cada tanto, Irma le vuelve a sugerir que use un cuchillo limpio y un platito de postre, pero Orlando casi siempre se olvida de ese tipo de detalles y vuelve a usar el mismo cuchillo con el que cortó un matambrito y deja las cáscaras sobre los restos de comida.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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3 comentarios:
ese es un gesto total y completamente tierno
es un gesto hermoso!
jajaj, aca los identifico con mis viejos!
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