Lucho Bordenave, el protagonista y narrador de Dormir al sol, de Bioy, habla como un Orlando verborrágico, si se me permite el oxímoron.
Si Orlando, en el ardor de la juventud, hubiera podido expresar lo que sentía por Irma, seguro que habría sido algo así:
"Yo me muero por su forma y su tamaño, por su piel rosada, por su pelo rubio, por sus manos finas, por su olor y, sobre todo, por sus ojos incomparables. A lo mejor usted me llama esclavo; cada cual es como es".
jueves, 27 de noviembre de 2008
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1 comentarios:
ay olry!
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