El viernes pasado fuimos al teatro y allí nos encontramos a dos Orlandos, muy distintos entre sí.
Al primero lo descubrimos en la cola, estaba delante nuestro con una señora que no era Irma. Era morrudo, aunque petiso y tenía una cartera en su mano, de esas cuadradas, con correa y broche en el medio. Más tarde lo vimos adentro del teatro y ya había entrado en calor, así que pudimos ver que usaba la camisa a cuadros muy metida adentro de un jean que casi estaba a la altura del ombligo.
En nuestra misma fila, aunque exactamente en el otro extremo, vimos al otro Orlando. Parecía ser más bien grandote, aunque no lo pudimos comprobar porque no lo vimos de pie. Era pelado, los pocos pelos que tenía eran canosos y se durmió toda la obra, con los brazos cruzados y la cabeza hacia abajo. Cada tanto, cuando se prendían las luces o cuando alguien hablaba muy fuerte, levantaba la cabeza lentamente, abría los ojos, miraba al escenario y automáticamente emprendía el camino inverso: cerraba los ojos y volvía a agachar la cabeza. En cambio, su Irma vio toda la obra muy atenta, con la cartera sobre su falda.
Por cierto, la palabra 'falda' es muy Irmi.
lunes, 28 de julio de 2008
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4 comentarios:
La palabra "falda" es muy de Irma cuando se aplica al regazo. Jamás dice "falda" por "pollera".
seguro que usa la palabra "traste" también,
El primer "Orlando", si no estaba con irma, no era "el" Orlando.
Muchacha Magnética: Claro que Irma dice "traste". "Esto está andando para el traste, Orlando", le dice, para que arregle un enchufe o similar.
Cata: Era un Orlando sin lugar a dudas, pero esa señora con tapado de piel, pelo tipo peluca y cejas pintadas, definitivamente no era Irma. Tampoco una amante (Orlando no tiene amante). ¿Una hermana vieja, tal vez? No nos queda claro.
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